Antonio.
- María Gracia Díaz
- 1 abr 2024
- 1 Min. de lectura
Quisiera ver como tú porque aun sin verlo, ves más.
Crecí contigo y crecí sin límites. Sin estereotipos a tener en cuenta. Crecí contigo y crecí con sencillez.
Cuántas lecciones me has podido dar.
Desde pequeño siempre que hablabas con cualquier chica decías que te habías enamorado, siempre nos ha parecido gracioso hasta que poco a poco vas descubriendo el por qué de tus sentimientos como cuando ves una película a una edad y la vuelves a ver con otra: esa película tiene un mensaje.
Te enamorabas de los corazones de esa persona.
Siempre te aviso antes de salir de casa de que vas guapísimo pero eso ya lo sabes hasta tú aunque lleves un color que no sabes si te gusta o no.
Te importa si las olas son grandes porque no sabrás cuando saltar.
Te importa si hay un ruido fuerte porque te asustarás.
Te importa si hay que andar mucho porque las piernas te dolerán.
Te importa si te preguntan “Antonio quién soy” porque recuerdas a cada persona por su voz como si fueras incapaz de saberlo.
Pero, no te importa si el sol es amarillo porque sentirás igual su calor.
No te importa de qué color sea la chuche porque te sabrá igual.
No te importa su color físico porque si quieres lo conocerás igual.
No te importa los impedimentos que te digan que tienes porque seguirás tocando el piano.
No te importa nada de lo que sí le importa al resto.

Comentarios